miércoles, 25 de febrero de 2009

"Octubre"

Es curioso pero, al menos, me parece más real que cualquier otro título que se me ha ocurrido a posteriori o que ha venido a mi cabeza, fijándome en pequeños detalles. Primero, vamos a situar "Octubre", película española, con pretensión independiente, que nos habla de las aventuras y desventuras de unos futuros actores de izquierdas o "progres" (y disculpen los términos) en la calle con su teatro reaccionario y reflexivo. La película es agradable y resultona, muy recomendable de ver y que invita a la reflexión. Esta imagen, sobretodo, la de la carátula, me ha venido, al pasear esta mañana, sobre las 08:45h por el Paseo de Gracia de Barcelona. Había tenido mala noche, de hecho aún la padezco. Caminaba como perdido, sabeedor del lugar al que me dirigía, pero completamente descolocado, cuando, de repente y sin aviso, tres chicos pintados o con restos de pinturas en su cara y unos gorros de plástico, comenzaban a reir en dirección contraria, serpeteando por la calle. Al principio, un par de segundos, me ha extrañado. Lo primero que he pensado, tres guiris que vienen de una fiesta de disfraces que ha durado todo el fin de semana. Más adelante, abandonada la imagen del trio, venía una princesa descalza y con sus labios tapados. Estaba tirste, como cuando en los cuentos infantiles, el príncipe no besa a la princesa, ni son felices. Ella estaba igual. Me extrañaban sus labios tapados con un pañuelo que pretendía ser de seda. Todo me parecía flotar, como si yo mismo aún no me hubiera despertado y siguiera durmiendo mi mala noche. Me he sentado en un banco cerca del Boulevard y allí me han aparecido dos clowns y un mimo. Venían riendo y subían Paseo de Gracia. Se les veía felices, como la otra cara del cuento de la princesa y gritaban a los cuatro vientos, con sus cigarrillos encendidos entre sus manos: "Viva Sitges". Y todo se me aclaró y pensé: "Ostras, el final de fiesta de los carnavales de Sitges" (tiene un nombre propio pero ahora no lo recuerdo muy bien). Y todo empezó a tener sentido. Y, entonces, me di cuenta que estaba despierto y que todo aquello no formaba parte de un sueño. Al rato aparecieron dos chicas medio disfrazadas de algo, que serpeteaban y discutían sobre quién llevaba la mochila colgada en la espalda y "que quién no iba a Sitges en Carnavales, no sabía que era la vida". Finalmente, decidí disfrazarme , durante un rato de hombre invisible y cuando me volví visible, ví a otro trio que escondían sus disfraces en la mochila , pero no sus intenciones de continuar la fiesta en casa de una de ellas, ya que en una de sus manos, aparecía una caja de condones, perfectamente cerrada. Yo pensaba, si ellos, los condones, también vendrían de Sitges.
Ha habido un momento, que creía realmente, que estaba en un sueño propio. Suerte que al final me he despertado, no creo que lo hubiera soportado. A todo esto, no me había dado cuenta, de los otros disfraces, los que nos ponemos todos para empezar el día y que arrojamos cuando el día acaba. Tal vez, estos los tengo más vistos y no me sorprendan tanto, como los protagonistas de la entrada. Tal vez sea, por qué ellos aún no se habían vestido.

domingo, 22 de febrero de 2009

"Paradise now"

Cómo empezar, cuando ya es tarde. Cómo decir algo, cuando todo esta visto o dicho. Cómo insinuar algo, cuando todo se ha mostrado. Cómo añadir algo a lo que todo el mundo ha decidido olvidar. Ni los nuevos cohetes enviados desde el Líbano, llegan a más gente a la que le puede interesar. Todo este silencio, todo este olvido, que durante unas semanas, fueron centro de atención mundial, me provoca un nuevo recuerdo, el de esta película: "Paradise now", ganadora de un globo de oro en el 2006. Me parece muy curioso, que esta historia, donde dos jóvenes se convierten en bombas humanas, fuera galadornada por los americanos con un globo de oro a la mejor película de habla no inglesa. Me recuerda momentos de dudas de los dos jóvenes antes de tomar la última decisión de sus vidas y me lleva a la escena de la ducha de "Elephant", recordándome cuantas últimas decisiones, tomamos que después se nos convierte en contra. Pero centremonos en Palestina y ese conflicto creado por occidentales que, al acabar la segunda guerra mundial, se creían dioses y decidían por el resto de las personas que sobrevivieron al magnicidio general que es una guerra. Esos nuevos dioses (creo que también se podrían llamar "superhéroes"), designaron la tierra prometida para el pueblo judio, en una tierra desiértica, donde podrían convivir con los palestinos. Pero, claro no se acordaron que ellos, los palestinos, vivían desde hacía centurías en esas tierras que sangre les había costado (y ahora me acuerdo de "Murieron con las botas puestas" y los indios americanos). Pero siguieron adelante y, no contentos con ello, crearon un enemigo eterno y construyeron muros para salvar a occidente del terrible enemigo y dividieron un país, que ahora está unido aunque separado,... Y sé que estoy mezclando temas, pero creo que todo el mundo debería ver esa película, para entender, que occidente no puede ir repartiendo tierras como quien reparte estampitas o cromos a los niños. No puede creerse el salvador de un mundo que se autodestruye y tampoco puede pretender olvidar y no recordar, lo que hace unos días era actualidad, desde los informativos más comunes hasta los más reaccionarios.¿Dónde queda el recuerdo de lo que ha sucedido? ¿Dónde la solución? En la explosión final de una película. Si no la han visto, veánla. Es prodigiosamente bella, la muerte.

miércoles, 4 de febrero de 2009

"Bienvenido, Mister Marshall"

No es nada original esta entrada, ni demasiado actual. Lo primero, por qué Wyoming, ya hizo en su programa una burla parecida y lo segundo, por qué ya ha pasado tiempo desde el día en el que el Sr. Obama, llegó a la presidencia de los EEUU y de cómo hacer publicidad sin pretenderlo (fijense en las ventas de su agenda electrónica o en el candidato republicano que ha de unir filas en los EEUU). Bienvenido, porqué no deja de ser una llegada a un nuevo lugar y a una nueva responsabilidad. Él mismo se ha encargado de recuperar la historia, para asegurar el lado más patriótico americano y tener la confianza de estos (muchas cosas, podríamos decir sobre el tema, desde el viaje en tren, hasta el juramento de su cargo). Se merece el voto de confianza de todo el mundo, ya que algo ha de tener una persona que ha movilizado e ilusionado a todo un país y a varios continentes. No sólo puede ser una campaña de marketing americana, debe exitir algo detrás. No creemos que pase como en la película de Berlanga, la ilusión por la llegada de los americanos al pueblo, es una gran celebración, que luego se convierte en gran decepción, al no detenerse el coche oficial. Aquí tenemos cuatro años (posiblemente ocho) para que pare, para que la ilusión despertada, no se convierta en humo de un tubo de escape, en nada. Todo apunta a que no será así: una gran crisis económica, un nuevo lider mundial, conflictos antiguos que se bañan de sangre actual (de esto ya hablaremos más adelante), una preocupación por lo que ha ocurrido, una necesidad por salir del atasco económico y social. Nuevas ideas. Un mundo que nos quieren vender como nuevo, pero no para de dar vueltas sobre si mismo y de repetir, errores del pasado, mirando al nuevo horizonte, sobre el cual gira: el Sol. Mister Obama es un ejemplo de ese nuevo horizonte, el mundo, ahora gira alrededor de cualquier cosa que haga, esperemos que no desaparezca su ingenio para ilusionar y, al menos, nos diga el secreto de sus trucos, para convertir la ilusión del mundo en realidad y no en humo. Bienvenido, Mr. Obama.