sábado, 19 de junio de 2010

"Casual day"


No la conocía, hasta que un día casual, me hablaron de ella. Poco tarde en intentar encontrar tal joya y observar la fuerza de los diálogos de los cuales me hablaron (el del arranque de la película, nada casual, por cierto. Y el del padre que enseña al novio de su hija, lo que el desea para su futuro). El único calificativo que se me ocurre es BRUTAL, ya que forma parte de una realidad que hacia tiempo no conocía: la brutalidad de la palabra. Muchas veces, nos pensamos en ellas, en las palabras, quiero decir, en lo que quieren explicar, en su significado. Normalmente volcamos palabras, las vomitamos, según la situación, el momento, el lugar, con quién nos encontramos, sin pensar nunca en la fuerza de esas palabras o, en la debilidad de las mismas. Por eso me pareció tan brutal lo que ví. Todo (la situación, las palabras, los personajes,...9 cobraron sentido, parecían reales. No sólo vomitaban palabras, sino las interpretaban con toda su fuerza. Así, deberíamos hablar, sabiendo lo que estamos diciendo, lo que queremos expresar, sin miedo al que diran u opinaran. Las palabras son fuerzas de voluntades, por eso mismo, no debemos obviar que cuando insultamos a alguien, lo dañamos brutalmente, cuando regañamos a un niño, lo herimos de muerte. No porque queramos hacerle daño, sino porque lo hacemos sin pensar, dejándonos llevar por la debilidad de nuestros pensamientos y la rapidez de nuestros tiempos. Por eso es tan brutal esa película, por eso hay que verla y no olvidarnos de que las palabras hieren, matan y nos entierran, a algunos, para siempre.

lunes, 8 de junio de 2009

"Los Creyentes"

Hace una semana estuve invitado a una comunión de un centro de enseñanza privado de Barcelona, que se celebraba en una iglesia del Opus y, durante la celebración, sólo me venía a la cabeza está película de finales de los ochenta, donde destacaba por encima de todo, Martín Sheen, sin ser demasiado viejo aún. Era una película de terror que me asustó, pero no me impresionó. Lo que más me chocó durante la celebración era la asociación constante a esta película. Era como pensar que aquella imagen eclesiástica de curas con monaguillos, padres en un lado, abuelos en otro e invitados detrás, con una forma determinada de vestuario, sin gritos ni llantos de bebé (ya que montaron una guardería en el exterior) y las niñas de la comunión, con sus manos juntas, delante de su cabeza, en un eterno rezo de sudorosas consecuencias, me acercaran a la sensación del miedo, del terror a lo inesperado, del susto que adivinas pero no ha llegado, del truco de magia, de la sorpresa final, cuando se descubre que el malo era en realidad el familiar que parecía más inocente, el novio de la protagonista o cualquier otro personaje que permitiera el giro argumental. Sentía la tensión que algo así, podía o iba a ocurrir. La voz del cura se apagaba por el mal funcionamiento de los micros, se oían sus susurros, pero no su voz, ni siquiera el mensaje. Había algo que debía ocurrir. Entonces el cura se golpeó tres veces el pecho y las niñas repitieron el gesto con sus puños y repitieron: "por mi culpa" y, la imagen de la persecución en el pajar, me vino a la cabeza y un escalofrío recorrió mi espalda y observé que el peor terror está en las palabras, ellas son fuente de transformación y deformación de la realidad. Y que el terror se encontraban en las palabras divinas, en la aceptación de la leyenda teñida de sangre que es nuestra historia y que en aquel gesto de puños golpeando los pechos de las niñas, se centraba el máximo horror, la aceptación de una realidad que ha de ser rota, destruida o, simplemente, acatada como cierta y verdadera. En el umbral de la duda, está la mirada de Martin Sheen, escondido en el pajar, esperando que los pasos se alejen y se cierre la luz, que en aquel caso, era la llegada del miedo...

lunes, 11 de mayo de 2009

"Todo por un sueño"

Hará una semana que me acordé de esta película que unía a una sex symbol y a un cineasta independiente que empezaba a no serlo ( o que jugaba al despiste). La película tiene la gracia de ser cómica con mucha mala leche y ver a la susodicha actriz en un papel hecho a la medida. Del director, lo dicho anteriormente. Paseaba por las calles de mi ciudad de acogida, un día en que no estaba tranquila. El Barça había llegado a la final de la Champions y todo el mundo estaba encantado, maravillado y no se creía nada de lo que había vivido. Después de las quejas, de los insultos y de los "uuuuiiiiis", llegó el gol y todo se desató. Al regresar a casa, después de ver el partdio y charlar con los compañeros del trabajo, me vino a la cabeza este título. La gente asomaba banderas y cabezas por las ventanas de sus casas y coches, gritando el nombre de su equipo. Saludaban a cualquier traseunte con el que se cruzaban y todo el mundo estaba de fiesta, como si algo grande hubiera ocurrido, algo cercano a los sueños. Por un momento, me sentí ausente de todo, como que no estaba allí, que estaba en otro lugar en otra dimensión. Era extraña esa sensación, pero así era. Paseaba por un lugar lleno de quimeras, de sueños que se debían hacer realidad, pero que aún no lo eran. No sabía si realmente caminaba hacia mi casa o mi casa caminaba hacia mí. Todo era extraño. Todo era un sueño. Y, entonces, me acordé de la mujer del tiempo que interpreta Nicole Kidman y me acordé de Gus Van Sant y de la película. Fue entonces, cuando la extraña sensación, desapareció.

jueves, 26 de marzo de 2009

"Sexo, mentiras y cintas de vídeo"

Gran y tramposa película. Inicio de una carrera brillante para su director y guionista. Apreciable en su pequeñas escenas y grande en su historia. Este título siempre me gustó y ahora me viene asociada a un trayecto matutino en tren camino de Barcelona. Era por la mañana en un período entre el sueño y el hambre, tres parejas repartidas por el mismo vagón, me hacen recordar el título de la película. Hay más gente, pero parece que sólo yo me doy cuenta de lo que ocurre. Demasiadas caras, demasiados rostros pero todos miran a los lados, a sus propios menesteres. Observo el vagón, las tres parejas y esto es lo que asocio:
"SEXO", pareja que se acaba de conocer, aún parece desmaquillados, ella voluminoso escote, él se muestra encantador. Ella se abalanza sobre él y lo besa. Él intenta arrastrar su mano sobre la espalda de ella. Ella le coge la mano y se la introduce en el escote. Él sonríe. Ella marcha al lavabo. Él escribe un mensaje en el móvil. Vuelve a sonreir. Ella vuelve y empieza de nuevo todo el juego de seducción. Una continuación, una segunda o tercera parte de algo que acaba de empezar y a su vez inicia su final.
"MENTIRAS", otra pareja de jóvenes. Se hablan, discuten, se silencian. Él le dice algo a ella. Ella sonríe. Intenta calmar su dolor. Él la intenta abrazar. Ella lo rechaza. Le dice algo. Él se queda parado. ¿Qué le ha dicho?. No se miran. No se escuchan. Se abandonan. Se separan. Desaparecen el uno de otro, el uno en el otro. Se convierten en nada. En silencios, en mentiras...
"CINTAS DE VÍDEO", una pareja de unos 60 años. Hablan y recuerdan. Sonríen y miran alrededor. Sus maletas de viaje, el vagón. La ausencia de una preocupación laboral, que se convierte en secreto. Una mirada. Una dulce mirada. Un simple abrazo. Un deseo. El beso. Recuerdan y vuleven a recordar. No tienen futuro. Ya lo conocen. No les asusta y prefieren envolverse de pasado, de enunciados de lo vivido. El ayer como presente y el presente como futuro. Vuelven a imaginarse jóvenes. Miran sus maletas. Observan el viaje. Se desean.

Renfe, dirección Barcelona. Son las 11:45h. Va con retraso, pero esa tardanza no es nada para ninguna de esas parejas. Ya que su tiempo es inmortal, es diferente al real. Como el de Renfe.


miércoles, 25 de febrero de 2009

"Octubre"

Es curioso pero, al menos, me parece más real que cualquier otro título que se me ha ocurrido a posteriori o que ha venido a mi cabeza, fijándome en pequeños detalles. Primero, vamos a situar "Octubre", película española, con pretensión independiente, que nos habla de las aventuras y desventuras de unos futuros actores de izquierdas o "progres" (y disculpen los términos) en la calle con su teatro reaccionario y reflexivo. La película es agradable y resultona, muy recomendable de ver y que invita a la reflexión. Esta imagen, sobretodo, la de la carátula, me ha venido, al pasear esta mañana, sobre las 08:45h por el Paseo de Gracia de Barcelona. Había tenido mala noche, de hecho aún la padezco. Caminaba como perdido, sabeedor del lugar al que me dirigía, pero completamente descolocado, cuando, de repente y sin aviso, tres chicos pintados o con restos de pinturas en su cara y unos gorros de plástico, comenzaban a reir en dirección contraria, serpeteando por la calle. Al principio, un par de segundos, me ha extrañado. Lo primero que he pensado, tres guiris que vienen de una fiesta de disfraces que ha durado todo el fin de semana. Más adelante, abandonada la imagen del trio, venía una princesa descalza y con sus labios tapados. Estaba tirste, como cuando en los cuentos infantiles, el príncipe no besa a la princesa, ni son felices. Ella estaba igual. Me extrañaban sus labios tapados con un pañuelo que pretendía ser de seda. Todo me parecía flotar, como si yo mismo aún no me hubiera despertado y siguiera durmiendo mi mala noche. Me he sentado en un banco cerca del Boulevard y allí me han aparecido dos clowns y un mimo. Venían riendo y subían Paseo de Gracia. Se les veía felices, como la otra cara del cuento de la princesa y gritaban a los cuatro vientos, con sus cigarrillos encendidos entre sus manos: "Viva Sitges". Y todo se me aclaró y pensé: "Ostras, el final de fiesta de los carnavales de Sitges" (tiene un nombre propio pero ahora no lo recuerdo muy bien). Y todo empezó a tener sentido. Y, entonces, me di cuenta que estaba despierto y que todo aquello no formaba parte de un sueño. Al rato aparecieron dos chicas medio disfrazadas de algo, que serpeteaban y discutían sobre quién llevaba la mochila colgada en la espalda y "que quién no iba a Sitges en Carnavales, no sabía que era la vida". Finalmente, decidí disfrazarme , durante un rato de hombre invisible y cuando me volví visible, ví a otro trio que escondían sus disfraces en la mochila , pero no sus intenciones de continuar la fiesta en casa de una de ellas, ya que en una de sus manos, aparecía una caja de condones, perfectamente cerrada. Yo pensaba, si ellos, los condones, también vendrían de Sitges.
Ha habido un momento, que creía realmente, que estaba en un sueño propio. Suerte que al final me he despertado, no creo que lo hubiera soportado. A todo esto, no me había dado cuenta, de los otros disfraces, los que nos ponemos todos para empezar el día y que arrojamos cuando el día acaba. Tal vez, estos los tengo más vistos y no me sorprendan tanto, como los protagonistas de la entrada. Tal vez sea, por qué ellos aún no se habían vestido.

domingo, 22 de febrero de 2009

"Paradise now"

Cómo empezar, cuando ya es tarde. Cómo decir algo, cuando todo esta visto o dicho. Cómo insinuar algo, cuando todo se ha mostrado. Cómo añadir algo a lo que todo el mundo ha decidido olvidar. Ni los nuevos cohetes enviados desde el Líbano, llegan a más gente a la que le puede interesar. Todo este silencio, todo este olvido, que durante unas semanas, fueron centro de atención mundial, me provoca un nuevo recuerdo, el de esta película: "Paradise now", ganadora de un globo de oro en el 2006. Me parece muy curioso, que esta historia, donde dos jóvenes se convierten en bombas humanas, fuera galadornada por los americanos con un globo de oro a la mejor película de habla no inglesa. Me recuerda momentos de dudas de los dos jóvenes antes de tomar la última decisión de sus vidas y me lleva a la escena de la ducha de "Elephant", recordándome cuantas últimas decisiones, tomamos que después se nos convierte en contra. Pero centremonos en Palestina y ese conflicto creado por occidentales que, al acabar la segunda guerra mundial, se creían dioses y decidían por el resto de las personas que sobrevivieron al magnicidio general que es una guerra. Esos nuevos dioses (creo que también se podrían llamar "superhéroes"), designaron la tierra prometida para el pueblo judio, en una tierra desiértica, donde podrían convivir con los palestinos. Pero, claro no se acordaron que ellos, los palestinos, vivían desde hacía centurías en esas tierras que sangre les había costado (y ahora me acuerdo de "Murieron con las botas puestas" y los indios americanos). Pero siguieron adelante y, no contentos con ello, crearon un enemigo eterno y construyeron muros para salvar a occidente del terrible enemigo y dividieron un país, que ahora está unido aunque separado,... Y sé que estoy mezclando temas, pero creo que todo el mundo debería ver esa película, para entender, que occidente no puede ir repartiendo tierras como quien reparte estampitas o cromos a los niños. No puede creerse el salvador de un mundo que se autodestruye y tampoco puede pretender olvidar y no recordar, lo que hace unos días era actualidad, desde los informativos más comunes hasta los más reaccionarios.¿Dónde queda el recuerdo de lo que ha sucedido? ¿Dónde la solución? En la explosión final de una película. Si no la han visto, veánla. Es prodigiosamente bella, la muerte.

miércoles, 4 de febrero de 2009

"Bienvenido, Mister Marshall"

No es nada original esta entrada, ni demasiado actual. Lo primero, por qué Wyoming, ya hizo en su programa una burla parecida y lo segundo, por qué ya ha pasado tiempo desde el día en el que el Sr. Obama, llegó a la presidencia de los EEUU y de cómo hacer publicidad sin pretenderlo (fijense en las ventas de su agenda electrónica o en el candidato republicano que ha de unir filas en los EEUU). Bienvenido, porqué no deja de ser una llegada a un nuevo lugar y a una nueva responsabilidad. Él mismo se ha encargado de recuperar la historia, para asegurar el lado más patriótico americano y tener la confianza de estos (muchas cosas, podríamos decir sobre el tema, desde el viaje en tren, hasta el juramento de su cargo). Se merece el voto de confianza de todo el mundo, ya que algo ha de tener una persona que ha movilizado e ilusionado a todo un país y a varios continentes. No sólo puede ser una campaña de marketing americana, debe exitir algo detrás. No creemos que pase como en la película de Berlanga, la ilusión por la llegada de los americanos al pueblo, es una gran celebración, que luego se convierte en gran decepción, al no detenerse el coche oficial. Aquí tenemos cuatro años (posiblemente ocho) para que pare, para que la ilusión despertada, no se convierta en humo de un tubo de escape, en nada. Todo apunta a que no será así: una gran crisis económica, un nuevo lider mundial, conflictos antiguos que se bañan de sangre actual (de esto ya hablaremos más adelante), una preocupación por lo que ha ocurrido, una necesidad por salir del atasco económico y social. Nuevas ideas. Un mundo que nos quieren vender como nuevo, pero no para de dar vueltas sobre si mismo y de repetir, errores del pasado, mirando al nuevo horizonte, sobre el cual gira: el Sol. Mister Obama es un ejemplo de ese nuevo horizonte, el mundo, ahora gira alrededor de cualquier cosa que haga, esperemos que no desaparezca su ingenio para ilusionar y, al menos, nos diga el secreto de sus trucos, para convertir la ilusión del mundo en realidad y no en humo. Bienvenido, Mr. Obama.