sábado, 19 de junio de 2010

"Casual day"


No la conocía, hasta que un día casual, me hablaron de ella. Poco tarde en intentar encontrar tal joya y observar la fuerza de los diálogos de los cuales me hablaron (el del arranque de la película, nada casual, por cierto. Y el del padre que enseña al novio de su hija, lo que el desea para su futuro). El único calificativo que se me ocurre es BRUTAL, ya que forma parte de una realidad que hacia tiempo no conocía: la brutalidad de la palabra. Muchas veces, nos pensamos en ellas, en las palabras, quiero decir, en lo que quieren explicar, en su significado. Normalmente volcamos palabras, las vomitamos, según la situación, el momento, el lugar, con quién nos encontramos, sin pensar nunca en la fuerza de esas palabras o, en la debilidad de las mismas. Por eso me pareció tan brutal lo que ví. Todo (la situación, las palabras, los personajes,...9 cobraron sentido, parecían reales. No sólo vomitaban palabras, sino las interpretaban con toda su fuerza. Así, deberíamos hablar, sabiendo lo que estamos diciendo, lo que queremos expresar, sin miedo al que diran u opinaran. Las palabras son fuerzas de voluntades, por eso mismo, no debemos obviar que cuando insultamos a alguien, lo dañamos brutalmente, cuando regañamos a un niño, lo herimos de muerte. No porque queramos hacerle daño, sino porque lo hacemos sin pensar, dejándonos llevar por la debilidad de nuestros pensamientos y la rapidez de nuestros tiempos. Por eso es tan brutal esa película, por eso hay que verla y no olvidarnos de que las palabras hieren, matan y nos entierran, a algunos, para siempre.

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